domingo, julio 11, 2010

Vivir el día...

En el anterior post me dediqué al himno de los universitarios. En algunas estrofas viva tanto a la mujer jóven como a la mujer madura.
Empezó tal vez con Horacio y su carpe diem.
Luego continuó Catulo, 5, 1-6 con:


Vivamus, mea Lesbia, atque amemus,
rumoresque senum severiorum
omnes unius aestimemus assis.
soles occidere et redire possunt:
nobis, cum semel occidit brevis lux,
nox est perpetua una dormienda.

Vivamos, querida Lesbia, y amémonos,
y las habladurías de los viejos puritanos
nos importen todas un bledo.
Los soles pueden salir y ponerse
nosotros, tan pronto acabe nuestra efímera luz,
tendremos que dormir una noche eterna.


Y esto es lo atroz. No el llegar al otro lado del río sino el llegar a la otra orilla sin haber gozado plenamente en esta.
Será por eso la nostalgia de los migrantes?

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