domingo, enero 14, 2007

De como viene la historia... (4)

A los pocos día nos reunimos nuevamente para ir averiguando que era lo necesario para anotarse, dónde nos teníamos que anotar, etc.
Nos dimos unos días más para ir buscando los certificados analíticos del secundario y para ir tomando fuerzas para emprender lo que nos habíamos comprometido.
Lo primero era ir hasta la calle Azcuénaga a certificar los analíticos.
Pasaron unos cuantos días sin vernos y las fechas se nos avecinaron de una manera increíble.
¿Íbamos a estudiar o todo era pura fantochada?
Con ese interrogante nos reunimos y expuse a consideración la pregunta.
Me contesta que si. Que éramos personas adultas y que lo comprometido comprometido está.
Al cabo de unos días me avisa que ya había pasado por la calle Azcuénaga y me pregunta si yo había hecho otro tanto.
-¡No! Ni loco.

-NO. Lo que sucede es que hay cola y hay que ir muy temprano y eso a mí me jode.

A los pocos días me llama y me dice que al viernes próximo al salir de la guardia del Sanatorio Mitre va a hacer la cola así que para cuando yo llegue no iba a esperar tanto. Que me iba a hacer pata.
Llegado el día viernes me levanto un poco antes de lo habitual. Realizo toda la P... rutina. Desayuno y salgo.
Cuando llego me lo encuentro con una carpeta bajo el brazo, un bolso y sonriente.
Después de los saludos le pregunto que trae en la carpeta y me dice que el analítico.
-Gallego y la... como me la diste pegadita con saliva...
El muy turro ni había asomado los tamangos por Azcuénaga. Todo el verso para ver si yo respondía...
Esperamos nuestro turno.
Él no tuvo problemas para certificar, yo tuve que ir a actualizar las firmas. Había pasado desde que terminé el secundario cerca de ¡unos cuántos años!
Tanto en el trayecto de ida como en el de vuelta se nos pegó un pibe que iba a estudiar Odontología con el miso problema. El trámite e rápido, entre sonrisas y regalos de caramelos a las oficinistas se nos resolvió el tema, con fotocopias incluidas.
El pibe preguntaba ¿Cómo hacemos? ¿Hacemos cola nuevamente? hasta que BRO le dice
Y dicho y hecho.
Con un "Permiso, permiso" en tono grave y autoritario, llegué a la ventanilla. Me reconoció enseguida el oficinista y me atendió de inmediato, detrás de mí al pibe de Odontología. Y salimos.
"Gracias, gracias, ¿por qué no siguen odontología? así me evitan de hacer colas.
Roberto le contesta "No podemos, en el sorteo salió Derecho".
Nos miró desconcertado. Nos volvió a agradecer y se marchó rumbo a la avenida Corrientes.
Nosotros fuimos a desayunar al bar de Larrea y Mitre. En la esquina del sanatorio.

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